13/6/06

PAGA A HACIENDA MIENTRAS OTROS SE ESCAQUEAN

Está claro que quienes no escapan a Hacienda son los trabajadores asalariados, los que tienen una nómina a fin de mes. Sean funcionarios o trabajadores por cuenta ajena en la empresa privada.
Mientras durante estos días, millones de españoles nos esforzamos en preparar las declaraciones de la renta a Hacienda para no incurrir en sanciones, no pocas veces involuntarias. En los últimos 12 meses, el valor del patrimonio decomisado en las operaciones policiales contra el blanqueo de capitales realizadas supera los 4.000 millones de euros.
España es el país de la Unión Europea que atesora más billetes de 500 euros por su facilidad para utilizarlo como dinero negro en transacciones fraudulentas. ( Son noticia reciente los 10 millones de euros en efectivo encontrados en la casa de uno de los responsables de la presunta estafa del Forum Filatérico u otros tantos billetes encontrados en la finca de uno de los responsables de la trama de corrupción de Marbella )

Estos escándalos deberían movilizar a la opinión pública por tratarse de un auténtico caso de “alarma social”, pero este país está anestesiado, enajenado e idiotizado con programas rosa en los televisores, los mundiales de fútbol, los concursos de cantantes etc etc. Todo vale con tal de distraer a los españoles y no hacerles pensar y reflexionar en los sucesos que nos tocan directamente y que son los que verdaderamente importan.
Tenemos una Constitución Española que habla de derecho a una vivienda digna , pero ¿ quién hace cumplir la carta magna ?

“Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos.” Art. 47 de la Constitución Española de 1978.


¿Por qué vamos a pagar las clases trabajadoras a Hacienda mientras miles de millones de euros son impunemente escamoteados al fisco?
Nada debería de ocuparnos tanto como este escándalo de los enriquecimientos inmorales, de las fortunas criminales y de los blanqueos que esta todopoderosa banca logra sacar adelante con el cuento de que contribuyen al crecimiento económico del país. Parece que el producto interior bruto crece ( PIB ), pero lo que notamos los que vivimos a pie de calle es que los salarios se estancan, las tasas e impuestos suben, los precios de los alimentos básicos no paran de crecer y mientras nuestro bolsillo mengua. ¿ Estamos dormidos ?

12/6/06

TODO SUBE MENOS LOS SUELDOS

Apague cualquier luz no necesaria, sea prudente con el aire acondicionado, racionalice el uso del coche, tenga cuidado con los grifos y, ante todo, no derroche a la hora de hacer la compra. O, de lo contrario, prepárese para sacar la chequera: el salario de los españoles pactado en los convenios sube una media del 3%, mientras que el precio de los productos más básicos crece una media de dos o tres veces –y hasta 14, en los casos más extremos– más que los sueldos.

Ése el caso del aceite de oliva, que da idea de hasta qué punto puede afectar el precio de los alimentos a la cuenta final de la cesta de la compra: se paga hoy un 43,2% más caro que hace un año. Y un 82,7% más que en 2002, cuando entró en vigor el euro, según los datos del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio y del Instituto Nacional de Estadística (INE).

El aceite es el ejemplo más claro de la escalada inflacionista de la economía española, con un Índice de Precios al Consumo (IPC) instalado en el entorno del 4%. La preocupación se extiende ya fuera del ámbito nacional; tanto, que incluso los países del euro han culpado a España de la subida de tipos de interés de un cuarto de punto, hasta el 2,75%, aprobada la semana pasada por el Banco Central Europeo (BCE).

El aceite es un extremo, pero las subidas de dos dígitos no son, en cualquier caso, una excepción. Algunos pescados, como la anchoa o el salmón, escalan cerca de un 18% en el último año, subida que queda en más de un 15% para el caso de determinadas hortalizas –como el pimiento verde– o en un 12% para placeres tan extendidos como el vino tinto. Es decir, incrementos cuatro y cinco veces superiores al aumento salarial.

Si se toman los incrementos desde 2002, el susto para el bolsillo es aún mayor en muchos de los productos más básicos: el pan se ha encarecido un 25%; las frutas frescas, un 27,2%; las patatas, un 24,9%, y las legumbres y hortalizas, más de un 22%. Los productos más cotidianos presentan subidas más suaves, pero no quedan fuera de este escenario: un café cuesta un 5% más.
Y si comer es caro, viajar lo es a menudo mucho más.

Los sueldos suben un 3% y las gasolinas casi cinco veces más, apuntaladas por el fuerte incremento del barril de crudo. ¿Conviene entonces optar por el transporte público? Sin duda, es más económico. Pero tampoco así se evita que se vacíe el bolsillo: sube el doble que los salarios.

Lo más barato tampoco pasa por quedarse en casa. El calor aprieta y el aire acondicionado está a precio de oro por la subida de la electricidad, también dos veces superior al aumento salarial. Y sólo si uno se queda a oscuras y en sequía evita pagar la luz y el agua, cuyo precio duplica al incremento de los sueldos. La factura se queda ahí si no se usa la bombona de butano, en cuyo caso se deberá soportar otro repunte de precios del 33%.

Aunque para quedarse en casa primero hay que tenerla. ¿Alquiler? La billetera ha sufrido un incremento del arrendamiento del 4,3% en el último año, del 19,7% desde 2002. Y la compra está cada vez más difícil: los precios no ceden y, tras la subida de tipos, la hipoteca cuesta 20 euros más al mes, que también saldrán de la nómina.

Noticia extraida de expansion.com